Pocas personas desconocen que la sigla LMS significa Learning Management System, y por más que Google insista en traducirlo como “Sistema para el manejo del aprendimiento”, sabemos que en español equivale a “Sistema de Gestión del Aprendizaje”.
Estrictamente, es probable que se debiera llamar Sistema de Gestión de la Enseñanza y el Aprendizaje; es decir “Teaching and Learning Management System” o “T&LMS”, pero no es mi intención entrar en ese terreno.
La intención de este artículo es reflexionar, por la vía del absurdo, acerca de lo que NO es un LMS, jugando con lo que podría significar esta sigla que ya ha recalado en el lenguaje cotidiano de los que se desempeñan en tecnología aplicada a la educación.
En cualquier caso, el término tiene ya unos 30 años, aunque Wikipedia data su origen en 1924 con la “máquina de aprendizaje”. El hecho es que, desde entonces, se sucedieron numerosos avances e inventos que fueron dando forma a un verdadero sistema de gestión del aprendizaje. Bajo esa denominación se despliegan innumerables plataformas que hacen mayor o menor mérito a esa categoría de software.
Y es que, en todos estos años de trabajo en este mercado tan específico, nos hemos encontrado con algunas sorpresas por parte de los productos, así como con interpretaciones diversas por parte de instituciones y usuarios.
No (o NOP, para ser más moderno y contundente), aunque todas estas plataformas se llamen LMS, no son todas iguales.
Por eso esta idea de contar con unos pocos ejemplos, lo que NO es un LMS; y comienzo este ejercicio, inventando otros posibles significados de esta sigla en inglés.
Licenced Mandatory System (LMS)
“Sistema obligatorio con licencia”, como parecen entender algunos que abordan el e-learning casi por obligación… porque “hay que tenerlo” para no quedar fuera del mercado y así estar a la altura de los competidores.
Quienes trabajamos en este sector sabemos perfectamente que al e-learning se debe llegar por “convicción” y no por “obligación”. De este modo, seguramente se estará más abierto a comprender y asumir el compromiso de adaptarse a una nueva modalidad de enseñanza, con nuevos tipos de materiales y recursos, nuevos roles, nuevos desafíos y oportunidades.
“Con Licencia” es una coletilla que me sirve para introducir uno de los primeros dilemas que tienen los recién llegados a esta tecnología, y que guarda relación con la eterna duda entre software libre o software comercial. No voy a entrar aquí a mencionar las diferencias entre una y otra opción, porque el debate daría para uno o más artículos. Basta con mencionar que algunos de los que llegan por obligación, recurren a la opción más económica (o a veces gratuita), precisamente porque parece la vía más fácil de tranquilizar sus conciencias.
Low Maintenance Support (LMS)
“Soporte de bajo mantenimiento” podría ser otra interpretación que confunde a más de un nuevo “Teleformador”, que asume que una plataforma de e-learning es un software que se instala (o que le instalan) y que ha de funcionar por siempre como sucede con el procesador de textos que compró hace muchos años.
No hay que equivocarse; un LMS es un sistema que requiere mucho mantenimiento. No me refiero a todas las tareas previas a la implantación: la “personalización y adaptación” que tanto preocupa a los clientes (como si fuera lo más difícil o lo más importante). Muchos desconocen que cuando el sistema comienza a andar, cuando progresivamente se va cargando de contenidos y alumnos, quizás por la sola influencia de la Ley de Murphy… ocurre que “si algo puede fallar, fallará”.
Cuando se pone en marcha un LMS, la plataforma se convierte en la extensión virtual de la institución, construye su imagen de marca y por ello no solo hay que cuidar las cuestiones de calidad y diseño, sino que también hay que asegurar la disponibilidad del sistema.
Los alumnos hacen un gran esfuerzo para dedicar tiempo que muchas veces restan a sus familias y actividades personales, y por ello es importante garantizar un servicio de Mantenimiento Correctivo (para resolver incidencias puntuales), pero también un Mantenimiento Preventivo; es decir que quien respalda tecnológicamente a la plataforma, dedique esfuerzos para evitar que sucedan fallos potenciales que ya han sido detectados.
Ni que hablar del Mantenimiento Evolutivo; un servicio que no todas las empresas ofrecen, y que garantiza que la plataforma no va a quedar obsoleta y acompañará con mejoras y nuevas funcionalidades la evolución de la tecnología. En este post te contamos algunos detalles sobre este tema.
Lawful-Market Sales (LMS)
“Ventas en el mercado legal”. Vale, es un poco rebuscado, pero utilizo este recurso para referirme a quienes llegan al e-learning e instalan su plataforma simplemente porque ven una oportunidad para ampliar su línea de negocios.
Seducidos por el hecho de que el e-learning vence las limitaciones espacio-temporales, quienes se ciegan con el brillo de la oportunidad para tener más alumnos sin invertir en aulas ni profesores, pueden descubrir de manera tardía que su enfoque no era el correcto. Por supuesto que es un interés legítimo para quienes hacen de la formación su actividad privada; pero no es correcto ver al LMS simplemente como un nuevo canal de ventas.
Legitimated Monitorization of Students (LMS)
“Monitorización legítima de estudiantes”. Esta podría ser la interpretación de muchas personas que quedan fascinadas cuando se les muestra la cantidad de reportes que puede generar un buen LMS. Es una especie de “Big Brother” de la educación, que ofrece información de toda la actividad de los alumnos en la plataforma, respondiendo al “qué”, “cuándo”, “cuánto” y a otras acciones con los materiales y compañeros de estudio.
En ocasiones el éxtasis llega cuando se descubre que el mismo nivel de información se obtiene sobre la actividad de los tutores y profesores, otorgando un poder de policía y control con un grado de detalle que no está disponible en los sistemas tradicionales.
La obsesión por medir no debe desviar la atención sobre lo importante; la formación online no es una cuestión meramente cuantitativa, y aunque algunos organismos oficiales que regulan la actividad se basen en la exigencia de reportes detallados, no es correcto elegir un LMS solo por los reportes que genera, o por la cantidad de gráficos que muestra.
En relación al párrafo anterior, no puedo dejar de mencionar que además de una amplia variedad de reportes, el Campus Educativa ofrece un exhaustivo informe que cumple con todos los requisitos de FUNDAE, registrando todas y cada una de las acciones de los alumnos en plataforma y contenidos.
Para ir cerrando este ejercicio de imaginar significados, voy a intentar algunos mas “autóctonos” proponiendo equivalencias en español; los que obviamente no necesitan una traducción:
Leer – Mirar – Saber (LMS)
Este falso significado refiere a una actitud errónea que muchos han adoptado (cada vez menos) al comenzar sus experiencias con el e-learning. Podría entenderse como una obsesión por el formato PDF, que se presenta como la solución mágica y económica para montar cursos “en serie” de manera rápida.
Y esta solución mágica apela precisamente a la magia, al entender que con solo leer textos y mirar fotos y esquemas el alumno alcanzará el saber buscado. No; eso no es e-learning.
La plataforma de e-learning ofrece al alumno los contenidos con los que se la alimenta. No quiero sugerir que los documentos en PDF no puedan ser utilizados, sino que tienen profundas limitaciones que se superan con los formatos multimedia, mucho más apropiados para experiencias de aprendizaje online.
Los alumnos suelen imprimirse los documentos PDF, ganando así la posibilidad de marcar sobre el papel las partes que consideran importantes. Creo que, si el alumno se imprime el material y no percibe que pierde algo en el camino, ese contenido al menos no aprovecha todas las posibilidades que ofrece la tecnología actual.
Como expertos en la creación de cursos online de alto impacto, sabemos captar la atención y potenciar el aprendizaje, desplegando no solo los mejores recursos, sino también aplicando estrategias y metodologías didácticas que facilitan el estudio y potencian los mejores resultados.
Lo Más Simple (LMS)
Otro significado alternativo que utilizo para mencionar que no todas las plataformas tienen las mismas funcionalidades.
En ocasiones, algunos proveedores de cursos online de catálogo venden las licencias de estos productos y “regalan” la plataforma. Suele ocurrir que esos LMS son, precisamente, “lo más simple” ya que su objetivo es permitir que los cursos funcionen y “se vean”, prescindiendo de herramientas orientadas a la tutorización, la comunicación y el seguimiento de la actividad de los alumnos.
Con decenas de plataformas LMS que ofrecen las mismas 15 a 20 herramientas, se deben comparar por la calidad de éstas, sus capacidades y características, así como su facilidad de uso. Un factor diferencial que Educativa ha logrado aplicar desde siempre en sus productos, es que todas las herramientas funcionan de la misma manera, lo que facilita extremadamente su uso.
Y a veces, por demasiado simples, esas plataformas no permiten utilizar cursos de otros proveedores, o incluso la creación de cursos con materiales propios, haciendo que las consecuencias de optar por lo más simple, se vuelvan finalmente muy difíciles de superar.
Lo Menos Seguro (LMS)
He dejado para el final esta falaz equivalencia, porque creo necesario poner sobre la mesa el tema de la seguridad, que muchas veces no se valora adecuadamente al momento de elegir un LMS.
La popularidad de nuevos lenguajes y frameworks de programación facilitan la aparición de nuevas opciones en el mercado, muy estéticas, modernas y baratas. Algunas de estas plataformas nos encandilan con su atractiva fachada saturada de efectos visuales; pero detrás de ello se ocultan importantes vulnerabilidades, tanto a nivel de aplicación como de servidor.
Pocos imaginan las consecuencias que puede ocasionar el ataque de un hacker que acceda al servidor aprovechando las puertas traseras o los desconocidos agujeros que se pueden descubrir en algunas plataformas.
Exponer los datos de los alumnos al robo de información, o la alteración maliciosa de sus registros e incluso la imposibilidad de continuar brindando el servicio es algo que puede llevar a la ruina a los centros formativos, a lo que debe añadirse la secuela de eventuales multas derivadas de la aplicación de la reglamentación vigente sobre la Protección de Datos Personales.
Unas pocas empresas, como la nuestra, aplican auditorías de seguridad a sus productos en forma periódica, detectando potenciales vulnerabilidades y actuando para neutralizarlas. Este tema es, sin dudas, muy importante.
Conclusión
Llegados a este punto, ningún lector se ha vuelto más experto en LMS; apenas han confirmado lo que ya sabían acerca del origen de la sigla, pero posiblemente hayan comprendido que hay múltiples aspectos (más de los mencionados) que deben analizarse a la hora de tomar la decisión por una u otra plataforma.
Cuando se elige la plataforma de e-learning para la organización (empresa o institución educativa), debe verse más allá de las pantallas que nos muestran en la presentación comercial; y el análisis debe traspasar los límites de la aplicación y llegar hasta el servidor, las medidas de ciberseguridad e incluso hasta la trayectoria de la empresa que sustenta tecnológicamente la oferta.
Se dice que la experiencia es un grado. No permitas que tu LMS signifique «La Mala Selección».