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Esto ocurre frecuentemente con los Contenidos, un fenómeno que podríamos llamar el “Síndrome Juan Palomo”.

Los que somos manitas sabemos de la satisfacción que produce hacer bricolaje en casa; y muchas veces toleramos cierto nivel de imperfección, compensado con el orgullo de resolver algo con nuestras propias manos y además ahorrarnos unos euros… aunque el resultado no sea profesional.

Esto, en ocasiones, también sucede en el ámbito del e-learning; y no es algo nuevo. En los primeros años se daba esto con las plataformas, y muchas empresas gastaron importantes sumas de dinero en desarrollar “su propio LMS”, tal vez porque no encontraban en aquel momento un producto estándar que satisficiera todas sus necesidades; pero muy probablemente por no saber que el coste del desarrollo era solo la primera inversión, a la que luego siguen interminables costes de mantenimiento evolutivo. Hoy eso resulta impensable.

También los contenidos

Las empresas que llevamos dos décadas en el mercado del e-learning internacional hemos sido testigo de evoluciones y tendencias; conocimos la etapa del PDF, en la que cientos de formadores veían en ese formato la forma rápida y económica de crear un curso e-learning. Nada más lejos de la realidad.

El tiempo, y los magros resultados, demostraron que era más cómodo estudiar sobre el papel, y los estudiantes descubrieron que terminaban imprimiendo su material sin notar diferencias con lo que leían en las pantallas de los ordenadores. Aquella tendencia se llamó e-reading, y ahora son muy pocos los estudiantes que la aceptan sin objeciones.

La etapa del PDF fue seguida por la era del Power Point; otra tentadora alternativa para crear de forma instantánea los cursos online reutilizando los materiales que los docentes mostraban en sus clases presenciales. Más vistosos que los PDFs, al menos sumaban cierta incipiente interactividad al tener que hacer clic para lanzar animaciones o pasar de diapositiva.

Un capítulo aparte merecería el uso de FLASH como herramienta de generación de cursos online, aunque por su inevitable obsolescencia no le dedicaré más que este párrafo. Que en paz descanse.

El vídeo y la videoconferencia han introducido un cambio importante en los últimos tiempos, impulsados por las mejoras tecnológicas, la disponibilidad de un ancho de banda generoso y por el reciente impacto que ha producido la pandemia de la Covid-19.

Cursos como churros

Pero la tendencia a la que hace referencia el título de este post es a la aparición de nuevas “herramientas de autor” que muchas empresas y centros de formación interpretan como la nueva oportunidad para generar sus “cursos propios low-cost”.

Las herramientas de autor no son nuevas en el e-learning, llevan años en el mercado y cada vez van sumando mayores facilidades de edición y generación de cursos. Empezaron mejorando las posibilidades del Power Point, incorporando plantillas, avatares, ejercicios y evaluaciones que facilitan la generación de pantallas más o menos interactivas, a desarrolladores inexpertos. Algunas de ellas han seguido evolucionando, adaptándose a estándares y sumando características como el diseño “responsive” y multidispositivo.

Claro que es tentador el “aspecto profesional” que logran algunas. Sin embargo, y con el tiempo, en general el resultado termina siendo “sota, caballo y rey”; pero no es ese el mayor de los problemas…

En general estas herramientas se orientan a facilitar el trabajo, de manera que se pueda construir un curso online a partir de un Power Point, un PDF o un documento de Word. Así se suele asignar esta tarea de “cortar y pegar” a alguien con ciertas competencias tecnológicas y criterios estéticos, combinando los textos con imágenes decorativas, y separando temas y párrafos según como quepan en las pantallas.

Una vez más, eso no es hacer e-learning; suele no haber procesamiento pedagógico, ni creatividad, ni criterio.

Todos para uno... o uno para todo

Empresas como Educativa, con años de “expertise” en el desarrollo de cursos para formación online, hemos desarrollado una metodología de trabajo para producir cursos de alto impacto que maximizan los resultados y optimizan la experiencia de aprendizaje. Paradójicamente, y salvo excepciones, no utilizamos herramientas de autor, por lo que podemos crear sin límites.

El secreto radica en el equipo de profesionales que dedicamos a esas producciones, que incluye a diseñadores instruccionales, guionistas, diseñadores gráficos, ilustradores, animadores, productores y editores de vídeos, locutores, maquetadores, programadores, expertos en estándares, usabilidad y accesibilidad, testers, etc.

Todo ello, evidentemente resulta incomparable frente a la encomiable tarea de un llanero solitario luchando contra la herramienta de turno y sus propias limitaciones.

En este caso, la opción de “Yo me lo guiso y yo me lo como” no se refiere a un plato de comida casera, sino a una alternativa de producción de cursos para ofrecer formación a los alumnos de cualquier organización o centro formativo. Está claro que los resultados no serán los mismos si de “las tres B”, solamente interesa que sea bonito y barato.

Pensando en una analogía; puedes crear la casa de tu vida contratando el diseño a un arquitecto y la ejecución del proyecto a un contratista y su equipo; o también puedes hacer tú mismo un plano a mano alzada y confiar la construcción a un albañil y sus herramientas.

Y si eres manitas…

¿Te gustaría sorprender a tus alumnos con cursos de alto impacto?

Juan José Gaitán

Director General de Educativa España

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